¿Y la biblioteca del futuro?

(Foto: Juan Sebastián Morales) All right reserved.

El protagonsita este año en la Feria del Libro de Bogotá es el libro digital. Su llegada abre un campo de posibilidades para el lector como para el industrial, y contrario a la desaparición del libro en papel, este fomentará seguramente la lectura. Según la Cámara Colombiana del Libro, en Colombia en promedio por persona se leen dos libros al año, cifra aún más dramática si se tiene en cuenta que por uno de estos textos se cuentan los textos escolares de los niños en el colegio…

Bueno, la coyuntura es favorable para los lectores, pero un libro en el país solamente lo puede comprar quien tiene buen poder adquisitivo, además del hábito de leer tan difícil de encontrar en poblaciones pobres. La incersión digital que asuma el gobierno en nuetras bibliotecas y escuelas será el desarrollo tecnológico que los pobres colombianos tengan. Hablé del tema con Ana RodaFornaguera, Directora de la Biblioteca Nacional de Colombia, un testimonio de una persona que ha dedicado su vida a las industrias culturales y quien trabaja en pro de la lectura aunque esa nunca haya sido una prioridad desde el plano estatal.

¿Qué está haciendo la Biblioteca Nacional en este procesod e digitalización que se empieza a vivir en el país?

La Biblioteca Nacional ha empezado a digitalizar sus colecciones y está en el proceso de modernización tecnológica y de adecuación de su página web para desarrollar progresivamente sus servicios en el entorno digital. Esto significa, tanto poner a disposición del público documentos digitales, como abrir espacios de intercomunicación, de formación y de construcción y circulación de contenidos culturales.

En este momento ya pusimos en marcha la Biblioteca Digital, que para fin de 2010 dará acceso a cerca de 5.000 documentos históricos, la mayoría de ellos relativos al período de la Independencia, principalmente de los fondos bibliográficos Anselmo Pineda y José María Quijano Otero, prensa del siglo XIX, partituras y obra gráfica. Se ha digitalizado ya y progresivamente se estará subiendo a la página buena parte del archivo fotográfico de Manuel H y de Nereo, así como los registros del archivo de voces de la actividad cultural de la Biblioteca Nacional desde el año 48 y que fue transmitida por la Radio Nacional.

Creo que el ritmo irá aumentando progresivamente, particularmente ahora que hemos recibido un importante apoyo en equipos y asesoría técnica del gobierno de Corea.

El proceso de la digitalización de los libros permite el llegar a nuevos lectores, sobre todo al público juvenil inmerso en esta cultura virtual: ¿Qué tipo de contenidos hay para estos públicos en este proceso de virtualización en la Biblioteca?

Para públicos jóvenes y no especializados en la labor investigativa, desarrollamos un sitio llamado Huellas digitales, que presenta las colecciones y documentos más importantes de la Biblioteca Nacional por medio de visitas guiadas, así como una serie de tutoriales para desarrollar habilidades de búsqueda e investigación.

En el segundo semestre de este año pondremos también al servicio una página web dirigida a los niños, para que también ellos empiecen a ser usuarios virtuales de la Biblioteca.

El paso a la cultura digital en el ámbito del libro permite pensar al material editorial más como un contenido que como un texto plano. ¿Cómo aprovechar esta opción a la hora de digitalizar el material? ¿Los libros pueden ser reinterpretados y archivados de una manera más cercana a estos lectores?

Creo que las posibilidades que se abren son muchas. Una de ellas, que me parece particularmente interesante, es la de poner de nuevo en circulación muchos materiales que se encuentran descatalogados, que no resultan rentables para la industria editorial, pero que tienen interés para lectores e investigadores. Esto requiere desde luego una gestión de derechos, pero creo que es algo en lo que hay que trabajar.

Es posible también crear diferentes tipos de catálogos y bibliografías que faciliten la búsqueda, ofrecer servicios personalizados según el interés de los usuarios, y establecer enlaces significativos con cualquier otra biblioteca y centro de información del país y del mundo. El texto digitalizado permite búsquedas avanzadas y conexiones con otros textos,  lo que lo convierte en un material de trabajo muy flexible.  Finalmente, diría que la cultura digital crea nuevos espacios de comunicación e intercambio de conocimientos  en un entorno global pero también en un entorno regional, al interior del país, de un país que aún tiene mucho por conocer de sí mismo.

¿De las publicaciones de la BNC, ya se han llevado a cabo obras concebidas en el plano digital? Si es así, ¿Cómo se ha dado este proceso?

El año pasado se realizó un experimento de creación de blogs para que las bibliotecas municipales se apropiaran de estas nuevas tecnologías para hablar sobre la naturaleza y otros temas culturales y sociales de su región. Este proyecto, llamado Súmese a la expedición botánica, ha sido el punto de partida para desarrollar nuevos proyectos de participación local en medios digitales con  las bibliotecas municipales y aquellas localizadas en zonas rurales y resguardos indígenas.
Según su perspectiva, ¿Qué tan comprometido está el Estado en la digitalización de los contenidos de las bibliotecas nacionales? ¿Cuál cree deben ser las prioridades para avanzar en este proceso novedoso?

Es un hecho que la circulación de información se hace cada vez más en formatos digitales que permitan mayor difusión a más bajo costo. Creo que así como la Biblioteca Nacional debe continuar el proceso de digitalización, también debe liderar programas orientados a extender la conectividad y el uso de las nuevas tecnologías en las bibliotecas públicas a lo largo del país. Esto implica también trabajar por la lectura en cualquier formato, y por la capacidad de escribir y de crear, condición básica de una democracia. Sin duda esto requiere de una apuesta por parte del Estado, y esa apuesta se traduce en recursos.

PSDT: El reportaje completo de la realidad de la industria editorial en Colombia y cómo se para esta frente a la entrada al juego del libro digital puede encontrarlo en la edición de agosto de la Revista Gerente.

Acerca de Juan Sebastián Morales

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